dilluns, 21 d’agost del 2017

Salvemos nuestros bosques

Y cuanto queremos todos a nuestros bosques!
Eso es lo que se desprende de leer los tuits de centenares de personas cuando hay un incendio en marcha. Los equipos de extinción con más o menos acierto trabajan sin cesar para que estos bosques puedan salvarse y evitar que hayamos de vivir en un país desértico, sin arboles. Vaya, que el panorama parece demoledor. Más si hablamos de cambio climático y tenemos los embalses vacíos y sin agua.

¿Pero en realidad eso es así? ¿Porqué nos preocupa tanto que un árbol desaparezca? ¿Sabemos de verdad que si perdemos 3.000 hectáreas de un bosque de Castilla, otras 5.000 de Galicia y 10.000 más de bosque mediterráneo nos quedamos sin bosques? ¿Seguro? Si en realidad es así, ¿a este ritmo, ¿en cuantos años?
No, eso no es cierto. Cada año nacen más árboles de los que se queman. La estadística no engaña. Y los mapas tampoco. Lo que hay que hacer es leer los datos del Ministerio y los de las Consejerias de nuestras CCAA, y especular menos en las redes sociales. Hoy no eres nadie si no has escrito tu mensaje demagógico en Twitter o en Facebook. Necesitamos de los Likes para sentirnos bién con nosotros mismos y en como he contribuido yo a salvar los bosques. Pues no!. No es así.

Datos de Catalunya:
1975: 1.847.733 ha de bosque
1993: 1.953.667 ha
2009: 2.058.133 ha
(extraído de CREAF, 2010)
Los bosques peninsulares tienen tantas formas como colores existen (para gustos colores, que cuenta el dicho). Y así es. Desde alcornoques, pasando por encinas, pinos y hasta eucaliptos. Todos ellos diferentes, más o menos bonitos, unos más rápidos en crecer y otros más altos, unos son perennes otros de hoja caduca. Pero todos ellos sobreviven al tiempo. La humanidad lleva millares de años sobreviviendo a las tempestades, la vegetación lleva millones. ¿Y después de tantos años aun no creemos en Darwin? Si los arboles fueron primero, ¿como no se extinguieron tras el primer rayo que partió un árbol? Porque si el hombre aun no estaba, los bomberos tampoco.
Y aquí estamos, en pleno siglo XXI sufriendo y enviando twits a doquier para salvar a los bosques de tanta maldad. El fuego nos va a dejar un país sin árboles. Vaya, mejor me llevo a mis hijos a vivir al bosque antes que estos de mueran o se quemen y así les dejo con el recuerdo... Pues este quizá es uno de los problemas que tenemos. Que nos vamos a vivir junto al bosque.
Primero dejamos de cultivar los campos, luego se perdieron caminos, luego los bosques se hicieron cada vez más densos, más viejos, posteriormente dejamos que el bosque llegara a las casas o que las casa se acercaran a los bosques. En la actualidad los incendios pueden afectarnos desde varios puntos, no es un solo bosque, son todos los bosques que pueden incendiarse de forma virulenta. Y si seguimos nos encontramos ya con los incendios que no necesitan del calor ni la baja humedad ambiental para arder. Solo con su gran acumulación de combustible pueden generar un ambiente a su alrededor que crea un micro-clima. Todo lo que está a su alrededor arde.
Y nosotros lo único que sabemos hacer es escribir un twit sobre la desgracia de perder un bosque o reenviar un vídeo en Facebook donde se ven decenas de bomberos y cuadrillas andar hacia la oscura columna de humo. Así es como queremos salvar nuestro hábitat. En realidad lo que hacemos es un flaco favor al bosque y también al planeta.

Lo que necesitamos es conciencia para que nuestros bosques sean menos densos, tengan arbolado joven, vigoroso, en lugar de una zona arbórea "abandonada" a sus anchas. Los bosques como los encontramos en la mayoría de parajes de nuestro país son acumulaciones vegetales sin sentido, crecidas a lo largo y a lo largo. Solo unas pocas comarcas realmente han trabajado sus bosques. Recuerdo un viaje el año pasado por la zona oeste Segoviana, los bosques eran espacios donde andar, pasear y podías ver a través de ellos. Lo encontré genial. Este año no hemos oído hablar de grandes incendios en aquellos parajes, en camio si en otros donde la densidad se ha dejado en manos del mismo bosque.
Y el bosque no es tan estúpido como nosotros. Él ha creado sus propios sistemas de subsistencia. Muchas de las especies autóctonas han desarrollado mecanismos para sobrevivir a los incendios. Unos por tener cortezas resistentes al fuego, otros porque con el calor abren sus piñas y desprenden las semillas que con el viento del propio incendio se desplazan a centenares de metros para realizar una repoblación natural, y otros simplemente rebrotando sobre si mismos. El bosque, si el numero de incendios no es excesivamente frecuente y la intensidad del propio incendio (y aquí unos de los problemas del aumento de magnitud calorífica de los incendios) lo permiten son auto suficientes, son ellos mismos que de forma natural renacen sobre si mismos. Nuevos ejemplares, más jóvenes, más vigorosos, no como ahora que tenemos bosques viejos, enfermos, con un gran número de ramas secas, arboles partidos y un sotobosque tupido (ya sea vivo o medio seco).
Seguiremos reclamando más bomberos, mejores condiciones laborales (y con toda la razón del mundo), pero también debemos reclamar la intervención humana para mejorar la salud de los bosques y eso solo se hace analizando su estado, disminuyendo la densidad de árboles, eliminando las ramas y troncos secos... y sobre todo creando espacios de poca densidad, como son las explotaciones agrícolas. Debemos recuperar nuestros viñedos, nuestros olivos, nuestros almendros, también los campos de cereal (aunque algunos sean el primer paso a un incendio).

Este ha sido mi primer post en Español, pronto seguirán otros. De momento este era un reto personal, después de 7 años me faltaba dar un pequeño salto. En Catalán, Español o Inglés, por aquí seguiré.